No nos interesa echar la culpa sobre los padres por no enseñar bien a los hijos. Donde hay problemas de aprendizaje, especialmente en la vida espiritual y la relación con Dios, bien podría estribar en la resistencia del hijo a la aplicación de los principios a su vida. Tanto el niño como el adulto son seres libres que escogen utilizar y aplicar las verdades a sus propias vidas. El punto importante es que la información debe pasar del conocimiento del alumno (el hijo) a llegar a cambiar su forma de
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